El Banco Mundial advierte el riesgo de una recesión global para el 2023, como resultado de una ola de ajustes de política monetaria
Banco Mundial Advierte Recesion
Economía Internacional

El Banco Mundial advierte el riesgo de una recesión global para el 2023, como resultado de una ola de ajustes de política monetaria

El organismo destacó en su informe la probabilidad de que haya una crisis global en el próximo año y sugirió medidas que implican frenar la inflación sin agravar la situación de recesión.

Un reciente estudio realizado por economistas del Banco Mundial (BM), alertó sobre el peligroso avance hacia una recesión mundial que se daría en el 2023 junto con otras crisis financieras que afectarían a mercados emergentes y economías en desarrollo.

Para llegar a esta conclusión, tomaron como indicadores la caída de índices de confianza de los consumidores y la desaceleración de Estados Unidos, China y la Unión Europea, las tres principales economías del mundo.

Esta recesión, según el análisis, sería consecuencia de una serie de políticas tomadas por los bancos para combatir la inflación, tales como el ajuste monetario y el aumento de tasas de interés.

Los bancos centrales de todo el mundo, incluida la Reserva Federal estadounidense (FED) y el Banco Central Europeo (BCE), con el fin de disminuir la inflación, han estado aplicando tasas de interés a un ritmo que no se había visto en los últimos 50 años.

Sin embargo, el estudio subrayó que estas subas de tasas no serían suficientes para reducir la inflación mundial, y como corolario, podrían llevar a un crecimiento del Producto Bruto Mundial a un 0,5%, con una contracción del 0,4% per cápita, es decir, un retroceso económico.

Ajuste de Politica Monetaria

Posibles escenarios

Los expertos advierten en el documento tres posibles escenarios que podrían desarrollarse en el periodo 2022 a 2024.

El primero de ellos indica que las políticas monetarias actuales pueden ser insuficientes para restaurar una baja inflación.

El segundo escenario implica un ajuste adicional por parte de los bancos centrales, que haría que la economía global evite una recesión en 2023, pero padezca una fuerte desaceleración.

El tercero de los escenarios supone que los aumentos adicionales en tasas de interés, además de no ser suficientes para desacelerar la inflación, pueden desencadenar un mayor riesgo en los mercados financieros globales y dar como resultado una crisis global en el próximo año.

Medidas para reducir la inflación

Como se pudo ver con las políticas tomadas en respuesta a las recesiones de 1975 y de 1982, es un riesgo permitir que la inflación se mantenga elevada durante mucho tiempo mientras el crecimiento es débil. La recesión mundial de 1982 coincidió con la segunda tasa de crecimiento más baja de las últimas cinco décadas, superada solo por el año 2020 con la pandemia de COVID 19.

Es por esto que el informe del Banco Mundial hace hincapié en una serie de medidas a tomar, tanto del lado de la demanda como de la oferta.

“Por el lado de la demanda, la política monetaria debe emplearse de manera consistente para restablecer la estabilidad de precios (…) Por el lado de la oferta, deben implementar medidas para aliviar las restricciones que enfrentan los mercados laborales, los mercados energéticos y redes comerciales, indica el informe.

David Malpass, presidente del Banco Mundial, propuso que los formuladores de políticas se concentren en el aumento de producción para bajar la inflación, en vez de hacerlo en la reducción del consumo.

Precisó que: “Las políticas deberían apuntar a generar inversiones adicionales y mejorar la productividad y la asignación de capital, que son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza”.

Por su parte, Ayhan Kose, vicepresidente interino de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del BM, recomendó a los países emergentes “estar preparados para gestionar los posibles efectos secundarios del endurecimiento simultáneo de las políticas a nivel mundial”.

Para ello deberían reforzarse las regulaciones macroprudenciales y crear reservas de divisas.

El estudio plantea que los bancos deberían tomar recaudos para controlar la inflación, sin provocar una recesión. Sin embargo esto debería ser acompañado por otras medidas:

  • Los bancos centrales deben comunicar claramente sus decisiones, salvaguardando su independencia. Esto ayudaría a frenar las expectativas inflacionarias y reducir el grado de restricciones necesarias.
  • Los responsables de formular políticas deberían proporcionar alivio a los hogares más vulnerables, elaborando también planes fiscales confiables.

Será necesario también que se adopten medidas firmes para impulsar el suministro mundial, tales como reducir las limitaciones del mercado laboral, aumentar la oferta mundial de productos básicos y fortalecer las redes del comercio mundial.

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